Las tres claves emocionales para controlar una adicción
1) Nuestro querido núcleo accumbens
Si bien en nuestra web uniadic, (dejamos aquí el enlace), hay algunos artículos específicos sobre las bases neurológicas en las adicciones, aquí hablaremos de nuestro querido núcleo accumbens, para dar un poco de luz sobre las las tres claves emocionales para controlar una adicción.
El núcleo accumbens ubicado en el tronco del encéfalo, es donde inicia el proceso neurofisiológico de las gratificaciones; por lo que se asocia a las recompensas, lo agradable, al placer o la repetición de conductas (la famosa dopamina). Todas las adicciones confluyen en la activación de este núcleo de una forma u otra en lo que se denomina la vía común, siendo una estimulación que produce sensaciones placenteras y el incremento de la conducta que va asociada. Esto quiere decir que si nuestro cerebro entiende que es placentero jugar al parchís, mientras bebo un copa y escucho musica; cada una de aquellas conductas o actividades que son placenteras individualmente; incrementaran su nivel de refuerzo al conjugarse en un solo encuadre o Setting.
2) La compañera inseparable «la amígdala».
Por otro lado, la amígdala es otro núcleo de neuronas que se encuentra en áreas internas del cerebro concretamente en el interior de los lóbulos temporales cerca de las basales del tronco del encéfalo. La activación de este núcleo está vinculado mayormente a ansiedad, angustia o incluso al pánico. Por ejemplo, el consumo de benzodiazepinas funciona y actúa, sobre todo, en los efectos inhibidores (por medio de los receptores GABA) de este núcleo cerebral, calmando las sensaciones similares a las anteriormente descritas y produciendo una sensación de placer tras la “retirada del sufrimiento”.
De esta manera, la actividad de la amígdala se asocia al procesamiento emocional y la adquisición y consolidación de recuerdos. La amígdala por medio de los matices emocionales que imprima a todos los inputs sensoriales que recoge del tálamo, es el núcleo encargado de agrupar la información y mandarla a las áreas encargadas del almacenamiento de la memoria a largo plazo en áreas de la corteza temporal.
3) La regulación emocional en las adicciones
Cuando existe una adicción consolidada, es decir, tras un consumo continuado de una sustancia los núcleos asociados con el placer se encuentran sobre-estimulados con lo cual una tolerancia al compuesto y un incremento de la necesidad de consumo para obtener la misma sensación; es en este punto cuando se produce lo que se denomina secuestro de las recompensas naturales por parte de la recompensa inmediata y más potente de la sustancia o comportamiento en cuestión.
Tanto en personas con adicción como en personas sin una adicción, pueden surgir acontecimientos ansiógenos o emociones que puedan desbordar a la persona por el motivo que sea y que ésta no disponga de mecanismos suficientemente adaptativos creando un malestar real en la persona que lo sufre.
El manejo de la ansiedad de una persona con adicción es distinta, que sin ella; ya que entra en acción la dificultad añadida del “secuestro de recompensas” en la que, las acciones que antes realizaba para relajarse así como la gratificación que obtenía tras ello no solo ha cambiado a causa de la adicción sino que estas son ya, fisiológicamente insuficientes; en la mayoría de los casos la persona adicta recurre a la administración de una dosis de la sustancia o la conducta adictiva para encontrar en ella la gratificación y sensaciones que se buscan.
La base de una adecuada regulación emocional es, primero, la desintoxicación de la adicción en cuestión para poder comenzar a sentir, ya sean, las frustraciones, ansiedades o contingencias externas para iniciar un proceso de aprendizaje y manejo emocional (en esta ocasión de maneras más adaptativas). En el tratamiento psicoterapéutico de las adicciones, casi siempre es necesario (siempre es recomendado) la intervención farmacológica para contrarrestar los efectos de “insensibilización” de los núcleos del placer y de ciertas tendencias que los sostienen y el trabajo de la regulación emocional para contrarrestar estas deficiencias o inadecuaciones de gestión afectiva, ya sea por medio de procesos intrapsíquicos y también por medio del fomento de otras vinculaciones alejadas de los patrones de consumo.
Buscar ayuda profesional.
Consecuencias inmediatas como el deterioro de los vínculos familiares y de pareja, son habitualmente los motivos por los que las personas suelen consultar a un profesional pedir ayuda. La base crucial para el tratamiento de todos ellos es el entender los mecanismos implicados y cómo abarcarlos para de cara la intervención psicoterapéutica y farmacológica de precisión, para en esta última lograr incidir en los núcleos implicados del trastorno adictivo. Hasta aquí nuestro aporte para entender Las tres claves emocionales para controlar una adicción, si necesitas ayuda no dudes en llamarnos o pedir una cita.
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